La Medicina Biológica, una apuesta personal por la salud

En ocasiones me preguntan por qué, desde el inicio de mi trayectoria profesional, aposté por la Medicina Biológica. Realmente creo que fue un proceso natural, por mi curiosidad innata y la voluntad de encontrar respuestas en aquellos enfoques de la medicina que el programa académico de la facultad de Medicina no me ofrecían. Siempre he estado abierto a nuevos paradigmas.

La Medicina Biológica nos permite ofrecer tratamientos que ayudan al organismo a potenciar sus mecanismos de defensa, sus propias fuerzas curativas. Y lo hacemos de una forma totalmente personalizada, porque cada cuerpo es distinto y las circunstancias de cada persona, que tanto condicionan su salud, también lo son.

El diseño de estos tratamientos personalizados es el resultado de un proceso de análisis e investigación previos muy exhaustivo. La complejidad de los casos que tratamos, sobre todo enfermedades infecciosas y crónicas, y mi empeño por devolver la salud a los pacientes o, al menos, mejorar su calidad de vida, no nos permite establecer tratamientos estandarizados.

Por otra parte, y lejos de lo que se puede creer, la Medicina Biológica utiliza la tecnología médica más avanzada. Siempre buscamos aquellos instrumentos y protocolos que en cada momento nos pueden ofrecer las mejores respuestas. De esta forma, hemos ido incorporando técnicas como la ozonoterapia, la hipertermia molecular o, más recientemente, una campana de flujo laminar de última generación para los tratamientos de regeneración celular.

En los tratamientos, además, adoptamos aquellas terapias de la medicina convencional que consideremos necesarias. Al mismo tiempo, rechazamos aquellos métodos alternativos que no tienen base científica.

Uno de los principios de la Medicina Biológica, es la implicación del paciente en su curación como sujeto activo del proceso. No se trata sólo de recibir un tratamiento, sino de llevar una alimentación o unos hábitos de vida que nos ayuden a conseguir nuestros objetivos. La promoción de la salud y la prevención de las enfermedades son un ideal por el que trabajo, algo que se ha reforzado en el presente ante el número creciente de enfermedades.

Ahora, más que nunca, tenemos que pensar en todos los factores que influyen en la salud, el bienestar y la enfermedad, y que no son otros más que la mente, el espíritu, la comunidad y el equilibrio fisiológico del organismo.